El ‘backstage’ del emprendimiento balear tiene dos nombres: Tona y Marvin

|

Tona Pou y Marvin Singhateh.

Hablar de Connect’Up siempre suena a innovación, a talento joven, a ideas que empiezan siendo garabatos en una libreta y acaban presentándose ante un auditorio lleno. Pero lo que pocas veces se cuenta es que, detrás de todo ese movimiento, hay dos personas que funcionan casi como el sistema nervioso del programa: Tona Pou y Marvin Singhateh.

Ellos son los que están antes, durante y después. Los que hacen que todo engrane aunque, desde fuera, parezca que funciona solo. Tona y Marvin no tienen ese perfil de coordinadores que se limita a ‘coordinar’; más bien son el tipo de personas que detectan un problema antes de que ocurra, que saben qué proyecto necesita un empujón, qué emprendedor está a punto de tirar la toalla y qué taller conviene repetir porque alguien lo pidió a media voz. No levantan la voz, pero sostienen la estructura. No buscan foco, pero sin ellos no habría escenario. Connect’Up se ha convertido en un programa de referencia, sí, pero no por magia. Lo ha hecho porque hay un trabajo silencioso que va mucho más allá de organizar agendas o revisar cronogramas.

Tona y Marvin están siempre hilando fino, creando vínculos entre emprendedores, empresas y mentores. Funcionan como esas piezas que nunca se ven pero que, si desaparecieran, dejarían el mecanismo temblando. Lo que hacen no se puede medir en buenos excels ni en informes. Ellos acompañan. Y acompañar, en el mundo del emprendimiento, significa entender que una idea necesita tiempo, que un proyecto pasa por fases de euforia y fases de caos, y que a veces basta con recordarle a alguien que va por buen camino. Esa es la parte que no se ve en las fotos, pero que sostiene más que cualquier presupuesto.

Por eso, Connect’Up funciona como funciona. Porque, más allá de talleres, jurados y formaciones, hay personas que creen en los emprendedores incluso cuando los emprendedores tienen dudas de sí mismos. Tona y Marvin trabajan desde ese lugar: el de quienes no solo acompañan proyectos, sino también procesos, tropiezos, aprendizajes.